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©Javi Arias |
En el interior del Atomium, Bruselas.
“Ajenas” pone el foco en personas anónimas y desconocidas, encontradas de forma espontánea e inesperada en multitud de lugares y circunstancias. Distraídas, ensimismadas, perdidas, deambulantes y ajenas al hecho fotográfico que sucede cerca de ellas.
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Aparcamiento trasero del hostal restaurante "Los chopos", en Osorno (Palencia).
Recuerdo que cuando empecé a repartir en la empresa de muebles de oficina, allá por el 2004, la autovía A-67 que une Santander con Palencia no estaba terminada y aun se circulaba por muchos tramos de la N-611. Uno de ellos era la travesía de Osorno, en la que había que prestar atención al omnipresente radar móvil de Tráfico, y en la que se encontraba este mítico establecimiento. Saliendo cargado desde Solares sabías que en, aproximadamente, un par de horas llegabas a "Los chopos", lo cual lo hacía una parada casi necesaria para tomar un café después del madrugón y, ya de paso, hacer parte de la pausa de conducción. El hostal restaurante cuenta en la parte trasera con un amplio aparcamiento para camiones y autobuses y era habitual que se encontrase bien animado. La conclusión de las obras de la A-67 supuso el dejar de pasar por esa travesía y, por lo tanto, por "Los Chopos", aunque a día de hoy resiste abierto, ya sin el trasiego de aquellos años.
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Nevada en la A-1.
El primer viaje que me prepararon en la empresa de mobiliario urbano e instalaciones deportivas incluía varios repartos por las provincias de Palencia, Valladolid y Madrid. Al vaciar el camión siempre tenía que avisar a mi jefe y esperar instrucciones, por si aparecía algún viaje interesante de retorno a casa. En ese caso me tocó cargar madera un jueves por la tarde en Daganzo con destino Vitoria, con un importante temporal de nieve descargando ya en el norte. La idea era hacer noche lo más cerca posible del destino, descargar el viernes por la mañana y llegar hasta casa. Pasado Burgos la cosa se fue poniendo cada vez más fea. Las noticias decían que Cantabria estaba incomunicada por carretera, con todos sus accesos desde la meseta cortados para camiones. Llegué al área de servicio "Puerta de Europa" pisando más nieve de la que me gustaría. Dando patinazos aparqué donde pude y me preparé para pasar la noche.
A la mañana siguiente la situación era muy complicada. La circulación de camiones articulados estaba prohibida e incluso había problemas para los turismos en el puerto de Altube, dirección Bilbao. Llamé al cliente en el que tenía que descargar la madera para explicarle mi situación. Me encontraba a 10 minutos de allí y sólo quería saber si les estaban llegando camiones y si se podía realizar la descarga. No me lo pintaron muy bien, pero decidí probar suerte. Si no descargaba antes de las 14:00 podía significar quedarme atrapado un día entero y las prevsiones de tiempo no mejoraban. Quité como pude la nieve acumulada en la rodada trasera de camión para poder salir de mi aparcamiento. Despacio y por una carretera desierta llegué hasta el cliente y, casi sobre la bocina, conseguí descargar, gracias a que habían abierto paso en el polígono con una retroexcavadora.
Las dos fotografías fueron tomadas esa mañana en el área de servicio "Puerta de Europa" en la A-1, cerca de Vitoria-Gasteiz. Camiones semi-atrapados por la nieve esperando ser remolcados y camioneros nerviosos e indecisos, condicionados por la prohibición de circular y la necesidad de poder llegar a sus destinos.
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Los trabajos portuarios que he comentado en alguna entrada anterior, sobremanera los relacionados con el sulfato, tienen efectos secundarios en la limpieza de los camiones que participan en ellos. El polvo blanco y pegajoso se va adheriendo a las superficies y sólo se elimina con un lavado concienzudo del exterior. En el interior pasa algo parecido. La gran mayoría son camiones viejos en los que el aire acondicionado brilla por su ausencia y en verano el calor te obliga a trabajar con las ventanillas abiertas, aunque eso suponga lo que podéis ver en la imagen...
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©Javi Arias | |
Que te alcanzasen las horas de conducción, después de una jornada ciruculando por Francia, para poder cruzar la frontera y llegar a hacer el descanso diario al área de servicio de Oiartztun era una pequeña victoria. Se acababa el tener que chapurrear malamente francés y dejar atrás los sandwiches y las ensaladas de nevera de gasolinera. Significaba cenar medio bien (en un restaurante Autogrill...), ducha caliente y aparcar en un parking gigante atestado de camiones y camioneros de todas las nacionalidades, abundando los portugueses por encima de todos. Esto puede parecer negativo, pero la verdad es que le daba hasta cierto ambiente al lugar.
La foto corresponde al rato entre la ducha y la cena, en el que siempre aprovechaba para la lectura con las ventanillas del Mercedes Atego 1523 abiertas para ventilar la cabina y dormir lo más fresco posible.
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©Javi Arias |
Nave de sulfato en el puerto de Santander.
Otra de las mercancía habituales en el puerto de Santander es el sulfato. El producto en forma sólida es muy polvoriento y tiñe camiones, maquinaria y naves de blanco. El interior de las naves donde se realiza la carga o descarga de camiones de sulfato es una nube blanca irrespirable que dificulta las maniobras. En las puertas de dichas naves se colocan aspersores que pulverizan agua para evitar que la polvareda salga al exterior.
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Dentro del almacén de materiales de Ferroatlántica, Maliaño.
El trasiego de camiones y maquinaria dentro del almacén durante un desembarco de mineral es muy alto. Es por ello que la operación de descarga obliga a seguir un orden concreto para respetar el orden de llegada de los camiones y permitir las maniobras de forma segura. El polvo y la oscuridad del lugar dificulta muchas veces las cosas y es necesario esperar a que el camión anterior finalice la descarga para iniciar la maniobra.
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El conductor de un vehículo que se dedica al transporte de mercancías por carretera asalariado en España cobra actualmente 68,34€ de dieta diaria completa, si el trayecto se realiza dentro del territorio nacional. La cifra asciende hasta los 116,35€ si es en el extranjero. Esta cantidad, en teoría, sirve para cubrir los gastos diarios de desayuno, comida, cena y pernocta del trabajador. La realidad es que, en su mayoría (y sobre todo en transporte internacional), los conductores se lleven su comida de casa y duerman en la cabina del camión. De esta forma se ahorran parte de la dieta que perciben y ayudan a engrosar el salario mensual.
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Desayuno en un área de servicio de la A-64 francesa: café con leche de máquina expendedora y pain au chocolat. Botella de agua para el resto del día.
En las autopistas francesas hay áreas de servicio que son auténticos resorts, con restaurantes, cafeterías, duchas, zonas verdes, juegos para niños, servicios 24 horas, etc. Si tienes la suerte de pillar aparcamiento para pasar la noche en una de ellas sabes que vas a tener cierta "comodidad".
También hay áreas de servicio más normalitas... gasolinera y ya.
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En el puerto de Santander, uno de los trabajos para los que me solían contratar de manera eventual era para la descarga de barcos de manganeso con destino a Ferroatlántica, en Maliaño. Es un viaje muy corto, apenas 6 kilómetros ida y vuelta, y en una jornada se podían hacer fácilmente 15 o 16 viajes con alrededor de 27 toneladas desde el puerto a la fábrica. Allí funden el mineral en diferentes proporciones para conseguir distintas aleaciones. El lugar es sucio y oscuro debido al polvo negruzco que produce el movimiento de materiales y toda la zona alrededor de la fábrica está teñida de esa especie de hollín.
La foto está hecha dentro de la inmensa nave de almacenaje de materiales en un momento en el que el sol se cuela dentro de esa superficie negra y polvorienta.
©Javi Arias |
Bocata en la cabina del Scania 144T en Olmillos de Sasamón, al pie de la A-231 sentido Burgos.
Cuadrar los tiempos de conducción y pausas en una jornada apretada a menudo es incompatible con una comida "normal". Los horarios de apertura y cierre de las empresas donde debes cargar o descargar mandan y, como en este día, tienes que apañarte con un bocata en la pausa de 15 minutos. El tacógrafo del camión registra con quirúrgica precisión el tiempo que éste está en marcha o parado. Un exceso del tiempo de conducción permtido, o un descenso del tiempo de descanso obligatorio, pueden suponer importantes multas para el conductor.
©Javi Arias |
"Cuarto" de la limpieza de un Mercedes Atego 1523.
De manera eventual trabajé un total de un año y medio en una empresa de transporte que repartía mobiliario urbano, parques infantiles e instalaciones deportivas de una fábrica de Cantabria. Éramos dos chóferes que alternábamos camión dependiendo del número de repartos que hubiese cada semana. Jesús, que así se llamaba mi compañero, acostumbraba a poner los productos de limpieza y aseo personal en la guantera de la puerta del copiloto de ese pequeño camión.
La foto está hecha en Calamocha (Teruel), camino de Castellón, en un caluroso día de verano.
©Javi Arias |
Parada en un área de servicio en Villaherreros (Palencia) camino de León cargado con sosa. Mañana fría y neblinosa. Los espejos del Scania helados. Recuerdo que, de camino a la descarga, tuve una avería en el cambio que me obligó a volver a casa y cancelar la carga de yeso prevista para esa tarde cerca de Burgos.
Esta serie de fotografías refleja, en primera persona, parte de la vida a los mandos de un camión. Por suerte o desgracia me he dedicado durante más de 10 años al transporte de mercancías por carretera con camiones de más o menos tonelaje. Nacional y algo de internacional. Un mundillo que tiene lo mismo de solitario que de fotogénico. Fotos, en su mayoría, desde el interior de la cabina o cerca de ella. Un homenaje al camionero y al camión, el auténtico "rey de la carretera".
©Eva Arias |